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Mostrando las entradas de octubre, 2011

De la ontogénesis a la filogénesis. Lo femenino y lo masculino: la integración de los opuestos

Tengo dentro de mí el germen de todas las mujeres de mi familia que me precedieron. Y con ellas, a todas las mujeres de la raza humana: sus gustos, sus carencias, sus dolores y sus logros. Esa raíz colectiva conforma la parte más subterránea de mis propias raíces. ¿Cómo entender las radículas más cercanas a la superficie de mi identidad sin abarcar lo más ancestral y arcaico que me conforma? ¿Cómo entenderme sin aceptarme? ¿Cómo aceptarme sin entender y aceptar a todas las mujeres que me preceden? ¿Cómo entenderlas y aceptarlas sin amarlas? ¿Cómo amarlas sin amarme y aceptarme a mí misma? Y ¿Cómo amarlas, entenderlas y aceptarlas sin entender a los hombres que las acompañaron? ¿Cómo aceptarlos sin comprender sus propias dinámicas? ¿Cómo integrarme, amarme y aceptarme sin entender, amar y aceptar a mi propio hombre? Producto de todos los hombres de su propio linaje que lo conforman. Y éstos, a su vez, subproducto

Prendados de las formas-Una reflexión sobre la importancia de la imagen

Estamos históricamente en un momento de grandes cambios. Uno de ellos podría resumirse en la frase: “Una imagen vale más que mil palabras” . Con lo bueno y lo malo que, como todas las cosas, esto implica. Es la era de lo visual. La escritura, como medio de captar una idea vehiculizando un sentido que en nuestra imaginación recién cobra forma, quedó atrás, quizá cuando el radioteatro cedió espacio a la telenovela. La imagen es la protagonista de la escena. La Gestalt de la forma visual impacta en el ojo directamente. La computación abrió un espacio audio-visual enorme y sin precedentes. En los colegios los chicos demandan imágenes para captar el mundo de las formas. Para ellos, luego llega la palabra, y no antes de la imagen. La era de la imagen como gran sintetizadora de la forma. Imagen-forma que porta el sentido de su contenido. Pero también imagen-forma que revela muchas veces el vacío de contenidos. En el peor de los casos muchos quedan prendados del brillo de la forma y