Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de septiembre, 2015

A qué edad es más conveniente matar a un hijo?

En la sociedad hace rato resuenan las voces del debate sobre el aborto. Me he pronunciado a favor. Paradójicamente, estando en contra. Es que como estoy en contra de las muertes innecesarias, me parece que aprobarlo es un intento de evitar que más mujeres mueran de todas formas, en la clandestinidad de una mala praxis. Solo por eso. Y porque creo en las libertades personales. Y cada una es dueña de matar si esa es su voluntad o conveniencia. Por eso me preguntaba, frente al tema del aborto, o al de los inmigrantes ilegales que viajan en condiciones infrahumanas para intentar atravesar fronteras y mueren en el camino, como fue el caso del niñito de cuatro años que encontraron muerto en una costa.  Decía,me preguntaba ciertas cosas, por lo de este nene, por lo del aborto, por lo que me comentó una señora ayer, que una comadre de ella está desolada porque se le murió su hijito de 7 años (no es para menos). Por los juguetes que les compramos a los varones: los soldaditos de plomo,

Uno, dos, tres... Una historia sobre sincronicidades (en tres pasos)

Saboreó cada palabra que le diría. Las venía recitando para no olvidarse de ninguna de ellas. No quería improvisar en un momento tan crucial. Debía salir todo perfecto, sin fallas, para que ella respondiera como él sabía que lo haría tras escucharlo. Caminaba con paso firme, decidido, hacia el encuentro. Confiado de estar en lo correcto. Un, dos, tres y ya… todo se resolvería y volverían a estar juntos como antes. UNO: la vería. La miraría a los ojos bien cerca de su rostro. Ella le sostendría la mirada atenta, bebiéndose cada una de sus palabras. DOS: su rostro se iluminaría de emoción, y, como toda respuesta, saltaría a sus brazos rodeándole el cuello  y sellando su boca con un beso de reconciliación. TRES: Se marcharían juntos, tomados de la mano, de vuelta a casa. UNO: llegó y ella no estaba. Dos: en vez de encontrarla, una ambulancia que partía con la sirena encendida, no auguraba nada alentador. TRES: al acercarse a alguien, le comentaron que la chi