En una vieja estación de tren de Campana Ahí estaban las tres. Una vez más, reunidas en un almuerzo de domingo, como cada primera semana de cada mes de los últimos… cuántos años? desde que se fueron jubilando, desde que enviudaron, desde que murió la madre de dos de ellas y tía de la tercera, con sus cien lúcidos años. Desde entonces la cita era ineludible. Necesitaban esa reunión para asegurarse de que todos los recuerdos seguían ahí, construyendo sus historias entramadas, sin que la arbitrariedad de la memoria desdibujara ninguna huella de todo lo que pasaron en sus largas vidas. Ahora solo quedaban tres de las cinco. Una murió hace unos años. A la cuarta ya le cuesta desplazarse esas pocas cuadras hasta ahí, ese emblemático restaurante que, aunque aggiornado, sigue siendo un punto tradicional del pueblo, frente al enorme y boscoso jardín de infantes que supo ser un club de barrio alguna vez. Tras el almuerzo les sirvieron un pequeño pastel con una vela, y las tres cop
Un intento de bitácora, con pinceladas de Psicología, Grafología, Astrología. Con artículos, poemas, cuentos, reflexiones, notas, programas y entrevistas radiales, y un gran etcétera. Un reflejo de mi propio eclecticismo, de mi devenir, mi pensar y mi sentir, en interjuego dialéctico con ustedes.