Transcribo a continuación el mail en cuestión, omitiendo por ética el nombre del firmante, y las dos respuestas que le he enviado a este señor.
hola. navegando por la red, encuentro que eres grafologa recibida en Emerson y a punto de ser psicóloga en la UdeMM. Ahora bien, que involucres estos titulos con la mamarachada de astrología, le quita seriedad a lo tuyo, Leí el código de ética y deontología profesional y dice claramente que eviten los grafologos incluir su titulo junto con el de titulos referentes a temas de ocultismo o cuestiones similares. Leélo, está en la web de www.grafologiaoficial.com.arsaludos y defendamos la profesión seria de las pseudociencias.
Mi réplica es la siguiente:
Señor XXXX,
le agradezco su tiempo. Verá, estoy un poco cansada de la caza de brujas. En el Emerson debía cuidarme de nombrar la Astrología, a pesar de tener una docente (Idónea) que lo que enseñaba se acercaba más a la numerología y a la visión intuitiva de un mántico que a un análisis grafológico (por cierto, una de las docentes más interesantes que tuve).
En Marina Mercante debo cuidarme de mencionar que soy grafóloga porque el énfasis en la mayoría de mis docentes (psicoanalistas) está puesto en la palabra oral y no en la escrita. Ni siquiera recurren muchos de ellos a las técnicas proyectivas que ahí mismo enseñan. Lejos de no usarlas, las defenestran.
Verá, en la lista de grafología (entiendo que sabe de qué se trata, pues entiendo también que al decirme que "defendamos la profesión", usted pertenece a ella), digo, en la lista proliferan invitaciones a abordar el estudio del eneagrama. Y eso también se aleja de la grafología, por lo que entiendo. Y si a su favor quiere argumentar que se trata del empleo de otra tipología más, que suma a las que empleamos, pues la astrología también propone una tipología harto más compleja todavía.
Estoy cansada de los que compartimentan. De psicólogos que excluyen otras escuelas, u otras herramientas de otras escuelas; de grafólogos que también excluyen otras escuelas (la racional fue defenestrada de la lista de Grafología, a pesar de los falsamente condolidos saludos tras la muerte de uno de sus mayores exponentes que tiempo atrás quemaron en la hoguera sin miramientos).Eso está en el código deontológico acaso?
Mire, señor. Todo estudio que abordo lo hago con la intención de sumar, no de restar, y al servicio de entender al ser humano para poder abordarlo por donde me permita hacerlo. Eso para mí es muy ético.
Trabajo en un Centro en donde hay Reikistas, numerólogos, astrólogos, y una psicóloga de la UFLO que trabaja desde el existencialismo. Y desde allí me muevo yo también. Después de todo, como decía Don Juan a través de las palabras de Castaneda, "Todos los caminos conducen a la nada; elige, pues, aquel que tenga corazón". Y yo elegí.
Cada quien puede hablar el idioma que pueda, pero le aseguro que hablando el idioma que hable, eligiendo la religión que elija, o recurriendo a la disciplina que recurra, todos buscamos lo mismo; que nos entiendan, que nos ayuden a aliviar el sufrimiento y a vivir mejor. Si a usted le resulta el fundamentalismo ideológico, pues disfrútelo usted sin querer evangelizar a nadie pregonándolo, que yo a usted no trato de “evangelizarlo” para sumarlo a mis lides. Cada quien elige a qué adherirse ideológicamente. Y eso para mí es ser ético.
Saludos y buena vida.
Claudia Gentile
Señor XXXX,
me olvidé mencionar un punto adicional.
Le propongo que lea el Manual de Grafología Superior del Profesor Xandró. Allí verá la tipología astrológica que él mismo anexa.
Por qué no trata usted de leerle el código al Prof. Xandró, que es bastante más conocido que nosotros, e incluso un invitado privilegiado a cuanto Congreso Grafológico arman aquí en nuestro país y fuera de él?
Qué pasa? Le resulta más sencillo cuestionarme a mí, a través de una página de avisos, ni siquiera a mi correo personal, que cuestionar a una figura de prestigio, que también apela a la tipología astrológica?
Por qué no se dedica a profundizar en su área y a dar lo mejor de sí en su labor, en vez de perder lastimosamente el tiempo criticando a los demás? Cómo defiende usted a la grafología? Qué ha escrito al respecto?
"Ladran, Sancho, señal que cabalgamos."
Pues cabalgue usted y verá cuánto adelanta si se dedica a eso, en vez de a tratar de ponerle palos en la rueda a los demás.
Claudia Gentile
Estoy cansada de ocultar lo que siento y pienso merced a la conveniencia de encajar. De encajar incluso ante mis pares de estudio y de trabajo. Pues hace ya rato que dejó de importarme hacerlo. He decidido elegirme y sostener desde mi ética personal lo que hago. Habrá quienes adhieran a lo que hago, me convoquen, lean lo que escribo, y habrá quienes no estén de acuerdo.
Pues ese es el precio de ser personal, de la individuación, y de elegir un camino propio: el código deontológico de la vida propia lo escribe también uno. Y digo “también”, porque no dejo de adherir al Gran Código Deontológico del Otro que me trasciende (al respecto, uso los conocimientos que aprendí de cada disciplina sin distorsionarlos), pero yo tengo en él escritas unas pocas líneas también. Las que trazan mi propia ética y mi propia mirada. Y a eso trato de ser fiel.
A propósito de lo expuesto, y por otra muestra más del fenómeno de sincronicidad que tan bien teorizó Jung, no puedo dejar de mencionar la nota del boletín del Centro Transpersonal de Buenos Aires de la última semana sobre el miedo al rechazo.
Copio de allí lo siguiente:
(...) Esas personas puede que, para "encajar" entre las demás, se auto-disminuyan, temiendo la burla o el rechazo (lo cual generalmente igual sucede!). Necesitarán ir renunciando a camuflarse en el entorno, manifestando en cambio su singularidad... y estar disponibles a un porcentaje de rechazo esperable. Sólo eso les permitirá ser encontradas por pares, y encontrarlos a su vez. Abraham Maslow (pionero de la Psicología Transpersonal) dijo que un terapeuta debería preparar a su paciente para "ser impopular": ser él mismo más allá de que muchos le rechacen o no le comprendan. Es un proceso de hondo trabajo sobre sí, de fortalecimiento esencial, y de aprender a convivir a gusto consigo; sin arrogancia, pero también sin encogerse, pues esto sólo ocasiona dolores evitables, y la postergación de nuestro real destino. Un breve relato de Enrique Anderson Imbert* lo expresa magníficamente:
Yo ejercía entonces la Medicina, en Huamahuaca.
Una tarde me trajeron a un niño descalabrado:
se había caído por el precipicio de un cerro.
Cuando, para revisarlo, le quité el poncho, vi dos alas.
Las examiné: estaban sanas.
Apenas el niño pudo hablar le pregunté: -¿Por qué no volaste, mi hijo, al sentirte caer?-¿Volar? -me dijo-. ¿Volar, para que la gente se ría de mí?
* Escritor argentino, nacido en Córdoba en 1910. Se destacó por sus cuentos y novelas, siendo nominado para el Premio Cervantes. Falleció en el año 2000. Es reconocido internacionalmente por su notable estilo, conciso y sensible. (Agradecemos a Raul que nos haya enviado este bello relato!)
Reproducción del texto de "Pensamiento Sensible", fuente: Virginia Gawel & Eduardo Sosa, directores del Centro Transpersonal de Buenos Aires, http://pensamientosensible.blogspot.com.
Para terminar, quisiera citar la frase de inicio del “Demián”, de Herman Hesse:
Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mí.
¿Por qué habría de serme tan difícil?
Anexo a continuación un comentario al respecto de todo lo anterior que tan generosamente me hizo la Lic. Virginia Gawel, del Centro Transpersonal de Buenos Aires:
Atinadísima tu respuesta! A los 23 años (tengo 46) pensaba que la Astrología debía ser una paparruchada. De modo que, para no ser como este señor, me propuse demostrármelo a mí misma profundizando en ella. Ya era Psicóloga y cursaba distintos posgrados. Encontré que la Astrología no era el horóscopo de los domingos, ni cuánto amor te traería el Año del Búfalo. Encontré que era tan difícil como mis estudios de Psiconeurología. Y no cejé en aprender. Viajé por distintos lugares del mundo, aprendiendo y enseñando una visión más abarcativa de la Psicología (enfoque Transpersonal), y utilizo la carta natal de mis pacientes. En 1996 asistí en Manaos (Brasil) al Congreso Internacional de Psicología Transpersonal. El Presidente de la ITA (International Transpersonal Association), Doctor en Filosofía, Richard Tarnas, dearrolló la conferencia central (en la que asistíamos varias centenas de Psicólgos, Psiquiatras y afines...), y el tema central fue... la Astrología y su importancia en el seguimiento de pacientes en crisis. Luego se hicieron varias mesas generales (de Psicólogos y Psiquiatras de todo el mundo) encarando el tema con todas sus letras. El punto está: cuestionar lo que no se conoce como si se lo conociera, es necio y arrogante. Meter en la misma bolsa lo que no pertenece al mismo rango, es chato, banal: lo que hace el horoscopista de pasquín se parece tanto a la Astrología que estudiaba el psiquiatra Carl Jung, como el cartel que señala dónde queda el baño se parece a las obras de la Capilla Sixtina.
Lamentablemente, quienes trabajamos desde la práctica y la difusión de conceptos más amplios vinculados con la Psicología y afines, lidiamos a dos puntas: por un lado, los de mente cerrada y ortodoxa, y por otro los que tienen criterios tan laxos que no se permiten profundizar en los fundamentos de cada disciplina, y deforman estos enfoques incluyendo en ellos la canalización de seres extraplanetarios que te dicen qué hiciste en tu quinta vida pasada... Seamos serios: los paradigmas de las ciencias van cambiando, desde la Física hasta la Psicología. Estemos abiertos a incluir lo que amplía, y atentos a desestimar lo que deforma. Y procuremos no emitir juicio hasta que hayamos investigado lo suficiente, y mirado más allá de los viejos criterios que marcan los códigos deontológicos, -códigos que serán renovados en el futuro por personas que hallan cabalgado con Sancho... por más que los perros ladraran y ladraran-...
Un abrazo a quienes sean afines a este pensamiento, y otro a quienes disientan; unos y otros, junto conmigo, somos ignorantes, por el simple hecho de ser humanos. Escuchémonos, cuestionémonos con inteligencia. Y suspendamos el juicio cuando algo nos hace advertir que no sabemos lo suficiente de qué estamos hablando. Sobre todo si ese juicio se está emitiendo no ya a un conjunto de ideas sino, como en este caso, a una persona. Porque, como decía la Madre Teresa, "Si juzgas a la gente no tienes tiempo de amarla". Hasta pronto y... fuerza!
P/D: En relación a lo que dijo Herman Hesse, él lo supo muy bien: ES DIFÍCIL! Y parece que el juego es así, sobreponiéndonos a los impedimentos. De allí viene esa fuerza necesaria...
Lic. Virginia Gawel
Agradezco desde ya toda la repercusión que ha generado este artículo.
Claudia Gentile
Grafología Y Psicología por Claudia Gentile
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