Hace mucho empecé a vislumbrar dos arquetipos femeninos: Eva y Lilith, las dos mujeres primordiales.
Lilith, la primera mujer de Adán, hecha como su par según el Talmud, o sea, creada con el mismo barro, que se mandó a mudar del Paraíso cuando el susodicho quiso someterla sexualmente. Nuestro primer hombre quedó solito. Le pidió Dios que le pusiera nombre a los animales, le hizo enfilar parejas de bestias para que las nominara, y ahí nuestro padre primigenio se avivó de que hasta las cucarachas venían de a dos y él no, entonces le pidió a Dios que le hiciera otra compañera, pero más sumisa a él. Fue entonces cuando Dios le sacó una costillita y le hizo a Eva. Vale decir, esta dama no estaba hecha de su mismo barro, como par. No. El centro de Eva era Adán, y ella era su satélite, su costillita. El cerebro de Eva estaba en la cabeza de Adán, y ella lo satelitaba. O sea, el deseo y la voluntad quedaron del lado de Adán y a su servicio estaba Eva.
Hasta acá yo pensaba que la otra cara de la moneda de Eva (la mujer sometida a Adán, su esposa, la que pro-crea sus hijos) era Lilith, la mujer individuada, en la que converge por igual lo masculino y lo femenino, la que se re-crea a sí misma.
Pero veo más aristas. Estoy viendo otro arquetipo del patriarcado que es el negativo de Eva y que se me estaba confundiendo con Lilith. Cuál? La puta. O si molesta la palabrita, hablemos de prostituta.
Lo mejor para ver la sombra de un arquetipo es ver en alguien que lo encarne como complejo (o sea alguien que presente en su psiquismo y rellene con su propia historicidad un arquetipo en particular), y fijarnos qué le molesta mucho en el afuera. Y qué le molesta muchísimo en el afuera a una Eva? Digamos, a la esposa solar, la adecuada, la que sostiene el machismo de su marido, la que se somete a su autoridad obedientemente aunque patalee? Le molesta Lilith, desde ya, la envidia (o en el mejor de los casos, la admira, es igual, indican lo mismo) por su independencia, su autonomía, su desempeño en el ámbito público y en el privado, por sus logros, por su determinación, por su sensualidad, por su libertad.
Pero, también le molesta la puta. Que se parece a Lilith pero no lo es. Lilith nunca se vendería fingiendo por dinero. Jamás se sometería. De hecho justamente por esto se fue del Paraíso. O sea, que hay dos contracaras de Eva. Bien distintas. Lilith por un lado, y por el otro, La prostituta.
Veamos esta última contracara de Eva, la Puta (que puede ser la visitada en un departamento privado por un Adán, o la mantenida a la que Adán le pone un departamento, por ejemplo). Ambas (tanto Eva como la puta) se someten al deseo de Adán para complacerlo, ambas lo hacen a cambio de la seguridad de su dinero. Salvo que una, como me dijo una paciente, tiene en su vientre a su hijo (al de Adán) o la libreta de casamiento, y la otra tiene en su vientre a su pene y parte de su dinero (equivalentes según Freud en la ecuación simbólica: pene, hijo, dinero).
Y me resuena en la cabeza la frase masculina del machista: “Quiero que seas una señora o una dama en la calle y una puta en la cama”.
Analicemos esto. Adán quiere a las dos caras de Eva juntas, está cansado de tenerlas desdobladas en dos mujeres.
Mucho trabajo, o en esta época, mucho dinero. Y le pide a su esposa, después de tantos años de castrarla a la mujer haciéndole reprimir su sexualidad por la seguridad de su progenie, por el riesgo de infidelidad, que se someta a él de ambas maneras. En el ámbito de lo doméstico, sirviéndolo, complaciéndolo y atendiendo sus prioridades, y en el ámbito sexual, ajá, sirviéndolo, complaciéndolo y atendiendo sus prioridades. En la era del 2x1 el tipo sigue queriendo el combo que sale más barato.
Y esto me viene dando vueltas y haciendo ruido en la cabeza cada vez que veo algunas señales.
Por ejemplo. Veamos el rol de la puta en las películas porno que están hechas creo para la mente masculina. O para lavarles el cerebro a las Evas y que copien el modelo que ansía su Adán. Qué hace la puta? Reacciona según parámetros masculinos, o sea, tiene un botón de encendido Magiclick en alguna parte (sino ni modo!), ya que en fracción de segundos pasa de 35 grados a 42, solita, nada más que encendida por la simple visión de la erección masculina. Y eso? Magia? Ninguna mujer deseante funciona así. Esa es la fantasía del hombre, no la realidad del proceso de erotización femenina. Luego, casi como una esclava sexual, se pone en plena actividad, encendida como una gata en celo, para complacer a su hombre, gritando como una chiva. (Mito del hombre, así no funciona nuestra sexualidad.) Unos minutos más tarde, con una penetración prolongada y furibunda, el tipo está hecho y listo. La mina se muestra aparentemente feliz. En la realidad de la puta, después de semejante fingimiento, viene el billetito sobre la mesa de luz, y la partida del cliente.
Otra señal que me hace ruido. Que en la intimidad a muchos tipos les guste decirle “putita” a su dama o que ella le juegue ese rol. Y que ellas se enganchen también me hace ruido! De vuelta se juega en lo inconsciente la fantasía de sometimiento al deseo del hombre que excluya el verdadero placer o deseo erótico de la dama. Ya que puta no es ninfómana. La ninfómana siente, la puta finge al servicio de complacer al hombre a cambio de dinero. El tipo no fantasea con tener una ninfómana. Es más, conozco un caso en que después de los 5 minutos de demostración de piruetas masculinas en la cama y listo, la dama quedó insatisfecha y pidió más, y el hombre, ya aliviado de su tensión sexual y satisfecho, le espetó: “Vos no necesitás un hombre, sino dos”. A lo que ella contestó: “No, con uno bueno me alcanzaría”. Y obvio, el ego herido del Adán se molestó muchísimo. O sea, una “ninfómana” no le interesa demasiado ni en la fantasía al hombre del patriarcado, al machista. O si le interesa, a un tipo de Adán que llamo yo “los ingenieros”, lo hacen desde un lugar de poder sobre la dama, para demostrarse a ellos mismos que pueden encenderle a la dama todos sus botones de placer para hacer funcionar a pleno ese aparato que tienen delante, reprimiendo su propio deseo erótico durante el proceso y por pura autodemostración del poder que tienen sobre ella, pero sin entrega recíproca, sin muerte del ego; no, todo lo contrario, desde el ego justamente por pura demostración de su verticalismo, de su dominio sobre la sexualidad femenina, de su saber de macho experimentado, pero de vuelta, sin entrega de amor. Mientras que a la mayoría de los adanes sí les viene bien una puta con quien resuelvan la cosa con verticalismo, sometimiento al servicio de su deseo y no del de ella, que les haga “de novia” como les escuché a más de uno, pero de novia sumisa y por horas, y luego de la transacción o del fingimiento de despliegue, satisfecho y sin vínculo afectivo que lo vincule demasiado a esta dama, se retire y listo.
Me viene a la cabeza otra frase que puede molestar mucho y herir la vista o la susceptibilidad, pero bueno, está y ronda y todos la escuchamos. Es la famosa frase de: “Callate y seguí chupando”. Ahí descarnadamente se ve el deseo de verticalismo y de sometimiento del machista, hasta tomándola del pelo a la dama, sujetándola a sus ritmos y necesidades, de rodillas ante él, como le gusta tener a todo el mundo al machista. Como el hombre de las cavernas, que arrastraba en una mano a la mujer tomada del pelo y en la otra mano portaba el basto. Miren desde dónde viene la cosa.
Me empezó a llamar la atención que muchas Evas jueguen la fantasía de la puta. Hasta que lo analicé desde acá; no es por placer, es por control. Es el anhelo de la Eva de satisfacer a su Adán en lo doméstico y en la cama también aun al precio de su propia insatisfacción en ambos ámbitos. El machista no ama, controla (donde hay poder no hay amor). Y Eva que no es tonta, aprendió también a no amar y a controlar. Y satisfacerlo de este modo es una de las maneras también de controlarlo, de manipularlo, dándole en la cama lo que él quiere para que no lo busque afuera aun siendo frígida incluso la dama, aun al precio de su propia insatisfacción. Pero es la defensa reactiva que pudo armar, pobre Eva.
Por qué entonces el arquetipo de la doncella, de la puta, de la prostituta, de la geisha, de la meretriz no responde al arquetipo de Lilith? Porque Lilith no se somete a la voluntad de un hombre para satisfacerlo a cambio de la seguridad de su dinero.
Lilith se entrega a su propio placer y al placer del hombre que elige como su par sin sometimientos y por el placer mismo del encuentro, por amor y no por poder. Y el dinero lo genera ella, no necesita el dinero de él. No se somete al juego de “El padrino” donde si pertenece, no piensa, no es libre, solo se somete por seguridad al cuidado del patriarca o queda por fuera. No. Eso nunca. La puta sí, ya que tanto como Eva depende del machismo, ambas son sus subproductos, incluso por esta misma dependencia, lo sostienen, lo defienden. No saben ser autónomas. Se someten por inseguridad al sistema patriarcal, tan enraizado en nuestra cultura y hasta metido en el ADN, dándole poder al patriarca sobre ellas, a veces tanto que genera y generó por siempre, sometimiento, violencia de género, sadismo, posición de objeto de la mujer, o su contracara, matriarcas feministas, resentidas contra el poder del hombre que someten al hombre en actitud de venganza.
Todos subproductos del machismo que tantas mujeres defienden tanto.
Y ahora decime, te gustaría que en la cama tu hombre te diga en la intimidad “mi putita”? O disfrazarte de sirvientita para complacer más su fantasía de dominio?
Pensalo...
Lic. Claudia Beatriz Gentile
Psicóloga clínica con orientación junguiana- Grafóloga pública – Astróloga
Terapias psicológicas tendientes a la individuación - Cursos de grafología - Talleres de autoconocimiento - Grupos de reflexión - Grafoterapia.
mail: grafosintesis@yahoo.com.ar
tel.: 4672-4423 y cel.: 153-343-3665
Para ir al comienzo del blog pulse http://www.grafosintesis.blogspot.com/
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario queda sujeto a moderación. Los mensajes de mal gusto, ofensivos o no pertinentes no serán publicados. Si querés hacerme algún comentario personal, te invito a escribirme un mail con tu dirección y tu nombre aclarados. Gracias. Claudia Gentile