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Grafología: Carta suicida escrita con sangre


Cartas. Cartas y más cartas. Cuántas cartas habré analizado en mi vida? Cartas de amor, cartas de solicitud de empleo, cartas de amigos, cartas de perdón, cartas pidiendo reconciliación.


Y un par de cartas suicidas.

Debo admitir que nunca tuve una directamente en las manos. Me tocó analizarlas, pero en “laboratorio”, mientras estudiaba.

Venían en una bolsita que las preservaba. El cuerpo de la carta preservado en una bolsita. Prolongando ad eternum ese último pedido, desde el dolor, explicando un por qué que volviera más entendible el acto. Ese último acto.

Hoy quiero leer otro tipo de carta suicida.

Y es que hoy alguien se mató arrojándose a las vías de un tren.  Alguien más. Uno más entre tantos.

Y el cuerpo que quedó encerrado en una bolsita no era el cuerpo de un escrito. Y la tinta con que fue escrito ese grito de dolor no era azul.

Siempre evaluamos al analizar un escrito, la circunstancia que estaba atravesando su autor, entre otras cosas, y a quién estaba dirigido.

Tomo a la realidad como una narración y a este episodio como un texto, y me pregunto:

En este texto, las circunstancias están claras, pero quién es el destinatario? A quién llega y a quién afecta este acto?


Pensemos que el tren tuvo que esperar a la ambulancia, a los bomberos, a la policía. Más de una hora de demoras detuvieron esta escena ante el espanto de todos esos seres anónimos y eventuales a los que les tocó ser testigos. Testigos, pero receptores, destinatarios de este acto.

Más que una carta íntima dirigida a otro en particular, esto parece un cartel, unos pasacalles puestos en el espacio público. Para que lo público tenga en cuenta a este ser privado y anónimo. Privado de qué?, me pregunto. Privado de ser escuchado en los ámbitos sociales a los que parece estar dirigido su último acto de comunicación.

Ahora, y esto ya es un análisis absolutamente reflexivo y personal, ya que no conozco más datos del episodio que los que acabo de describir, yo me pregunto: habiendo tantos modos más privados de intentar quitarse la vida, por qué en su desesperación esta persona habrá apelado a hacerlo en un espacio público?

Y viendo los efectos de este acto hasta puedo equipararlo a los efectos de un piquete, de un corte de calles. Una detención del movimiento público como vía de efectivizar un reclamo que no fue alojado por las autoridades del modo esperado. Un reclamo que tuvo instancias anteriores menos rotundas, pero infructuosas.

Qué demandas anteriores no atendidas, hechas a los representantes de la función pública habrá efectuado esta persona antes de llegar a esta situación?

Qué otros textos anteriores habrá escrito que no fueron leídos ni tenidos en cuenta?


Qué nos pasa como sociedad que tenemos que gritar, que cortar calles, convocar a los medios o esperar que más gente muera para lograr algún atisbo de respuesta de nuestros dirigentes, sordos a los reclamos sociales?

Estaré divagando demasiado con esta reflexión? Será un análisis muy personal y subjetivo de un hecho del que desconozco más datos como para poder abordarlo de otra forma? Vale tomarlo como un emergente social, sumado a otros casos similares, y no como la emergencia de una particularidad?


Me gustaría seguir pensándolo con la ayuda de ustedes.


Primera adenda: 

 Hoy, 24 de septiembre del 2009, recibí un comentario de una lectora que me parece pertinente pegar a continuación de mi artículo, porque se entretejen y se contestan. Gracias Lorena, y gracias a todos los que aportaron sus enfoques.
Aquí va:

"Hola, no es casual que haya llegado aqui. Estaba buscando en google un poema llamado "sincronicidad" de Virgina Gawel, y no sé cómo, mi busqueda "cayó" en tu articulo. Hace exactamente un año, mi papa se suicido arrojandose a las vias del subte. He analizado las causas y comprendo y perdono a este hermoso ser que fue mi papa, y hoy tu publicación me hizo pensar en algo. El era una persona que escribia bellísimamente. Todavia guardo algunos de sus escritos. En ese estilo tan bello que tenia para escribir habia realizado muchos reclamos a lo largo de su vida, a distintos funcionarios por distintas cuestiones. Unos meses antes de "morir" le habia escrito 2 cartas a la presidenta, preguntándole por qué muchas cosas, y entre otras, por qué nunca le habían devuelto todo su dinero (los ahorros de toda una vida), arrojado al corralito. En respuesta a sus cartas, recibio 2 fríos documentos, detallando numero de juzgado, etc. al que tenia que dirigirse. Siempre pienso que hubiera deseado una respuesta más bella. Algo parecido a sus cartas. Claro que este no fue el motivo de su decision final, pero me parece muy interesante tu reflexion, y no creo que estes divagando demasiado.

Te mando un beso. Gracias.
Lorena"


Adenda al 18/09/2013

Y como la vida misma sigue entramando historias, acabo de ver una nota de un diario de la República Dominicana, en la que otra historia similar cobra estado público. Lo curioso de esta "carta suicida" es que el joven que se suicidó con un disparo, se la escribió sobre su brazo.



“Yanet, amor mío, cuídate mucho que tus recuerdos se fueron conmigo en mi corazón. En mi pecho tengo tu verdadero nombre Yuderkis, por favor, perdóname dejarte sola”, escribió en su antebrazo izquierdo.

Un joven de 23 años se suicidó la tarde de este domingo en el parque Libertad de Ocoa, de un tiro en la cabeza y en su antebrazo izquierdo escribió una nota de despedida a una joven que al parecer amaba. (...)  El joven suicida fue identificado como Jorge Leonidas Castillo Olaverria, residente en el Distrito Municila de La Ciénaga del Naranjal, según escribió en su cuenta de Facebook, Francisco Casado Arias. (...)  Junto a la nota, el joven suicida dejó un nombre y un número de teléfono para que notifiquen su muerte.



Lic. Claudia Gentile
Psicóloga UdeMM- Grafóloga Emerson-Astróloga


Cursos de grafología - Talleres de autoconocimiento - Grupos de reflexión - Terapias psicológicas - Grafoterapia
mail: grafosintesis@yahoo.com.ar
tel.: 4672-4423 y cel.: 153-343-3665
Skype: usuario: grafosintesis.


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