Tantas voces propias y ajenas se
agolpan en mi mente que no soy capaz de reconocer una sola idea coherente. No
puedo desenredar ni siquiera una palabra que se ligue armoniosamente a otra
hasta conformar un pensamiento claro. Y me angustia sentirme así, sin poderle
poner palabras que me expliquen lo que siento para lograr ordenarme y saber qué
hacer.
Lo peor es esto de quedar atrapada
en una encrucijada que más se parece un laberinto por lo intrincada. Si
realmente fuera una encrucijada, sería más sencillo; habría dos caminos que
tomar. Este o aquél. Que de última, si tomo éste y no funciona, sé que era
aquél al que debería volver. Pero ni eso puedo ver. Se me mezclan demasiados
escenarios posibles, cada uno con sus aparentes ventajas pero también con sus
potenciales dolores.
Me explota la cabeza. Si supiera
cuál es el botón de off de mi mente para poderla detener y no pensar sería todo
tan fácil… Por un rato al menos. Hasta tomar aire, hasta poder ventilar un poco
la recámara de mi mente que cerró sus ventanas y no deja pasar ni aire ni luz y
no veo claro.
Quizás si apagara la mente, podría
conectarme a pleno con el corazón que también suma sus propios reclamos. Que
laten y se mezclan con las pulsaciones anárquicas de mi mente y no logro
armonizarlos.
Y con tanto revuelo de pensamientos
y latidos, no logro el silencio necesario para escuchar lo que realmente
importa: la voz de mi intuición, que sé que siempre es certera, pero se
confunden sus susurros con los alertas de los miedos, con las angustias de la
soledad, con la ansiosa incertidumbre de una etapa nueva que se me presenta y
que no entiendo bien cómo la he de transitar.
Y si lograra parar la cabeza? Parar las
emociones desbordadas? Desarticular los mensajes del whatssap de mis miedos
para abrir el GPS de mi intuición y poder escuchar sus mensajes?
Quizá esté prestando atención a
demasiadas voces ajenas aunque internalizadas, que me impiden escucharme en
realidad para saber lo que quiero, lo que deseo, lo que necesito…
Quizá ahí esté la clave: en meditar
para poder oír la única voz que en realidad no estoy escuchando, y que por eso
me siento sola, porque la única compañía que no me hace sentir sola es la
propia conexión conmigo misma que estoy evitando. Y que sé que si logro
conectarme conmigo misma, luego la conexión con los demás me encontrará menos
vulnerable a las opiniones externas.
Quizás esté ahí la clave que estoy
infructuosamente buscando afuera, o buscando en la mente, o buscando en los
demás… Quizás…quizás éste sea un tiempo de stand by hasta encontrarme y lograr
saberme. Sin instarme tanto a estar segura, a tener certezas. Quizá mientras me
descubro y me escucho, sea necesario estar segura de una sola cosa: de que no
sé, de que no estoy segura, de que estoy siendo, así, en presente continuo, un
puro y necesario presente gerundial, hasta devenir en lo que salga de mí ser. Hasta
que devenga lo que verdaderamente salga de mi SER.
Como un niño, aventurándome a jugar
a probar. Sin presiones, lúdicamente, buscándole el placer a lo que emprenda,
tanteando si cada camino que se me abre, tras dar unos pasos, me demuestra ser
el que me convoca, el que me llama, y si no, volver atrás a buscar otra
puertita hasta dar con aquella que me atrape, que me despierte del letargo, que
me muestre mi vocación. Luego sé que no ha de resultarme difícil. De la mano
del deseo, sé que podré transitar mi camino implicada y responsablemente. Sin
que nadie me tenga que presionar a hacerlo, solo haciéndolo por ser ese mi
camino elegido, con la certeza y la seguridad de ser producto de mi elección.
Luego ninguna voz contraria me hará mella, porque primará mi propia voz y mi
propia convicción, que me harán segura de mí misma y de mis elecciones. En tanto
salgan de mi intuición, de mi corazón. Ahí entonces la mente se pondrá al
servicio de aplicar sus estrategias y su logística teniendo en claro el panorama
del camino a recorrer. Se hace camino al andar…
Nadie dijo que fuera fácil crecer!
Dedicado a un ser muy especial en un
momento de desencuentro consigo misma.
NOTA: Y como nada es casual, tras escribir este texto, me crucé con esta documental que se entrama con mi escrito dando respuestas. Se las recomiendo.
Una realidad paralela- Documental
Lic. Claudia Beatriz Gentile
Psicóloga clínica con orientación junguiana- Grafóloga pública – Astróloga
Terapias psicológicas - Cursos de grafología - Talleres de autoconocimiento - Grupos de reflexión - Grafoterapia.
mail: grafosintesis@yahoo.com.ar
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tel.: 4672-4423 y cel.: 153-343-3665
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