Vamos a analizar una situación cotidiana cualquiera. Por ejemplo, salís de tu casa rumbo al trabajo y al llegar a la parada del colectivo, te enterás de que se está desviando el tráfico y que por ahí hoy no pasa tu transporte. Qué hacés?
Pongámoslo en estos términos: vos sos A. Tu meta es T (llegar a tu trabajo), y en el medio te aparece un obstáculo. Lo podemos llamar metafóricamente “piedra” por ahora, remitiendo a la frase del cartelito, o lo podemos llamar también como lo bauticé yo, “vitamina”. Si lo llamás “vitamina” entonces nos conviene que vos (A), te consideres un PACMAN así se entiende la idea de esta metáfora. Si A, o sea vos, llega a la parada del colectivo y se encuentra con la piedra, hay varios planes por delante. El primero que era B, tomar el colectivo, falló. Lo descartamos. Entonces? Nos volvemos a casa y resignamos T (llegar al trabajo)? O vamos a pensar un plan C. Plan C o planes alternativos, si seguimos la metáfora del cartelito, es ir evaluando otras alternativas.
A ver, creemos alternativas. Plan C: el lógico. Pregunto por dónde pasan los colectivos y voy hasta allá. Cuando lo hago, me subo al colectivo y logro llegar a T (trabajo), o sea, alcanzar la meta. Me siento bien; salvé un obstáculo. Me tragué la vitamina si me veo Pacman, y eso me fortaleció; me siento más confiada de mí misma, logré la meta tras tropezarme con la piedra del obstáculo. Voy retroalimentando la sensación de fortaleza interna, de que puedo. Transformé la piedra en algo que me enseñó, o sea, me tragué la vitamina y estoy más fuerte, más resiliente. La piedra no me aplastó la cabeza sino que la pude afrontar, atravesar, saltar, esquivar, transformar. Y eso me hace sentir que salí fortalecida, porque pude con la situación, porque no me ganó la piedra. Eso es resiliencia, me tragué la vitamina, no la piedra, no la bronca, ni la impotencia, ni resigné mi meta.
Y si el PLAN C falla, qué hago? Me quedo pasiva insultando la piedra, pateándola, a los gritos en la parada despotricando contra el gobierno, contra los cambios imprevistos, contra Dios? O busco alternativas para que las piedras me fortalezcan en vez de obstaculizarme el logro de las metas?
No funciona buscar por dónde pasa el colectivo? Se hace tarde? Si pierdo mi energía enojándome, quedándome quieta, paralizándome y pegando asustada la vuelta, me rindo; le doy poder a la piedra. Crece mi percepción del tamaño de la piedra porque decrece la percepción de mi propio tamaño, ya que me siento chiquitita y sin poder frente a una piedra grandota. Y si es así como te sentís, qué hacés? Llorar o comprarte un equipo de alpinista?
A ver. PLAN D: mando un mensajito por celular, aviso que voy a llegar más tarde, voy caminando. No sirve? Vuelvo? o pienso un PLAN E: me acerco a una calle lateral y tomo un taxi. Llamo por celular a un remise y listo. Llamo a alguien que me pase a buscar y me lleve. Entendés? Acá aparece tu hemisferio derecho, el del pensamiento lateral, el que te va tirando alternativas que no eran las lógicas, o las primeras que se te ocurrieron. Son otras, otras ideas para que, terca como mula terca, no des marcha atrás y llegues a tu meta si es eso lo que deseabas.
Y la vida no es estar en el paraíso con todo resuelto. Eso pasa en algunos países europeos que tienen un estado muy benefactor y resulta que la gente tiene todo demasiado resuelto (calles sin piedras, nada de obstáculos), pero como no comen vitaminas, la carencia de desafíos y de obstáculos que resolver los sume en depresiones y en suicidios. Ves? No se tragan las vitaminas, no pulen la piedra para transfomar el obstáculo en una nueva oportunidad de crecimiento, de aprendizaje, de fortalecimiento.
Y entonces qué pasa?
Pensemos en cuando tuviste la pierna enyesada y después de tres meses, te sacan el yeso. El músculo después de tanta inactividad, está débil. Querés caminar y cualquier cosa te hace cansar, doler. No tenés todavía confianza en salir a correr una maratón, obvio. Si te proponés como meta andar en bici dos horas por ejemplo, el dolor, la debilidad propia te van a hacer de obstáculo, de piedra. Entonces? Entonces sé inteligente y ponete la meta de salir a andar dos horas y media en bici pero como meta a mediano plazo. A corto plazo ponete una meta realizable, sabiendo qué piedras se te van a presentar. Cada vez que logres pedalear los 15 minutos diarios que te propusiste, la pierna se va a ir fortaleciendo. Vos te vas a ir sintiendo más segura porque te tragaste la vitamina en vez de caerte de la Bici ante la piedra y volver corriendo a la seguridad de tu casa y encerrarte. Mirá que a veces lo que Pacman tiene por delante son fantasmas (miedos), y masticarlos hasta reducirlos a nutrientes para que no caigan como piedras sino que se conviertan en vitaminas que te fortalecen es lo mejor que podrías hacer!
Eso es ser resiliente. E inteligente. Y activa y no pasivamente quejosa.
Para que te lo contestes vos. Pensalo.
Lic. Claudia Beatriz Gentile
Psicóloga clínica con orientación junguiana- Grafóloga pública – Astróloga
Terapias psicológicas tendientes a la individuación - Cursos de grafología - Talleres de autoconocimiento - Grupos de reflexión - Grafoterapia.
mail: grafosintesis@yahoo.com.ar
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